23.7.16

Si pretendes que se adapte a tus expectativas, le esperarás todavía cuando ya está presente


fe, cuando es fe-creencia, puede convertirse en infidelidad. Hoy, en Occidente, si no se tiene la posibilidad de la fe sin creencias, la fe-creencia es fidelidad; si se tiene la posibilidad, la fe-creencia es infidelidad.
La fidelidad a formas establecidas y consagradas, puede ser infidelidad; y la infidelidad a esas formas, fidelidad.
Infidelidad es siempre la vuelta con todo el corazón y con toda la mente a los bienes de este mundo como lo único real. Aunque se reconozca con la mente que hay más dimensiones en el mundo que esa, si para el corazón, la mente y para la acción sólo hay esa dimensión, eso es infidelidad real. ¡Cuántos infieles que se dicen fieles!
El mundo entero pide amor, porque Dios no es “otro” de él.
No te engañe su presencia-ausencia en el mundo. Si te has vuelto hacia la revelación inmediata del ausente-presente, no regreses a la creencia porque le quisieras sólo presente.
Si has entrado en la intimidad del ausente-presente, no vuelvas a la obediencia porque no le reconoces en su sutilidad.
No confundas su ausencia con “sólo estoy en su umbral”.
No mires atrás porque no se presenta como tú esperabas. Comprende su intimidad como es y no la exijas como tú la esperabas.Si pretendes que se adapte a tus expectativas, le esperarás todavía cuando ya está presente...
"Cantos de eternidad". La sabiduría de Rûmî en el “Mathnawî”