1.3.12

¡Él- ayuno!

El sentido de ayuno

"En la Tradición de los padres del desierto, el ayuno es el medio que utiliza el fiel para crear un espacio vacío en el que repose el Espíritu permitiéndonos distinguir lo esencial de lo superfluo. El ayuno de pensamientos, de ruido o de imágenes es tan importante como abstenerse de comer. El ayuno implica saber pararse, gracias a lo cual, la persona perseverante puede retomar sus energías que vagan medio perdidas, para domarlas y orientarlas hacia su destino original. El ayudo es una mirada vigilante en uno mismo y para sí mismo, una toma de conciencia sincera acompañada de un giro importante. El ayuno permite entrever la propia existencia sin influencias emocionales, intelectuales o ajenas y discernir, en un breve instante, quién soy, para retomar el camino, ahora y aquí, tal como soy, desde lo más profundo de mí mismo. El ayuno pule el espejo del alma que permite percibir, sin manchas, la imagen de la Presencia que llevamos y que se convertirá en el eje de toda existencia. Es la libertad del hombre, su deseo de unión con Dios y con toda la humanidad lo que anima su gesto guerrero. Corresponde a cada uno saber cuáles son los ámbitos en los que le conviene ejercer este ayuno:
Ascesis -o ayuno- de la palabra, para aprender a escuchar.
Ascesis de los pensamientos para vivir en el presente.
Ascesis en la utilización de los Medios de Comunicación (diarios, revistas, TV, radio) para poder asimilar tanta información. 
Ascesis en la comida, la ropa... para ser capaces de agradecer tanta diversidad."
Javier Melloni