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Acercaos vosotros, los abatidos por el dolor del
mundo, los tentados de desánimo y desesperanza.
Escuchad: Dios se llama Emmanuel,
ha plantado su tienda
en esta historia revuelta y conflictiva
y vuestra noche, iluminada por su presencia
se ha vuelto lugar de su manifestación.
...
Venid, temerosos,
los que vivís agobiados por vuestra fragilidad
y acosados por vuestros límites:
sentaos a la mesa de la gratuidad de Dios,
dejad que vuestro corazón se dilate ante el calor
de su acogida, abrios a la buena noticia
de que vuestras oscuras historias de pecado
están sumergidas en la plenitud de su misericordia.
...
Acudid, gente ignorante, que confundís
los caminos de Dios con los vuestros,
que no sabéis traducir el lenguaje de Belén
ni hablar el dialecto de Nazaret.
Aprended a leer las nuevas señales
que anuncian su presencia y renunciad
a vuestros pretendidos saberes sobre él.
Abandonad vuestra vieja cordura
y dejaos embriagar por el vino de su banquete
y por la desmesura de su amor.
...
¡Daos prisa, entrad todos en Bet-lehem,
la casa del pan!
Desataos el sayal del desencanto,
sacudid como polvo el cansancio de vuestros pies,
revestios la alegría como un traje de fiesta
y aprended junto al pesebre del niño
a entrar en la danza de la bendición
y a dejaros arrastrar
por la pasión de su evangelio.
...
Dolores Aleixandre