23.6.12

¡Juan!

RUPNIK
Vida retirada

¡Qué descansada vida
la del que huye el mundanal ruïdo
y sigue la escondida
senda por donde han ido
         los pocos sabios que en el mundo han sido!      

Que no le enturbia el pecho
de los soberbios grandes el estado,
ni del dorado techo
se admira, fabricado
del sabio moro, en jaspes sustentado.
           
No cura si la fama
canta con voz su nombre pregonera,
ni cura si encarama
la lengua lisonjera
              lo que condena la verdad sincera.               

¿Qué presta a mi contento
si soy del vano dedo señalado,
si en busca de este viento
ando desalentado
              con ansias vivas y mortal cuidado?              

¡Oh campo, oh monte, oh río!
¡Oh secreto seguro deleitoso!
roto casi el navío,
a vuestro almo reposo
                huyo de aqueste mar tempestuoso.                

Un no rompido sueño,
un día puro, alegre, libre quiero;
no quiero ver el ceño
vanamente severo
            de quien la sangre ensalza o el dinero.         

Despiértenme las aves
con su cantar süave no aprendido,
no los cuidados graves
de que es siempre seguido
              quien al ajeno abritrio está atenido.            

Vivir quiero conmigo,
gozar quiero del bien que debo al cielo
a solas, sin testigo,
libre de amor, de celo,
               de odio, de esperanzas, de recelo.              

Del monte en la ladera
por mi mano plantado tengo un huerto,
que con la primavera
de bella flor cubierto,
                ya muestra en esperanza el fruto cierto.        

Y como codiciosa
de ver y acrecentar su hermosura,
desde la cumbre airosa
una fontana pura
   hasta llegar corriendo se apresura.
                ...           


Fray Luis de León  

21.6.12

Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón Mt 6,21

La sólita oración preparatoria: La oración preparatoria es pedir gracia a Dios nuestro Señor, para que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de su divina majestad.

En orden al Amor, ¡Amado dame la gracia!,
Y en Tu corazón mi corazón habite,
Oh Tesoro ÚNICO, que al mirarle,
Tu Luz en mi luz te alabe.
EE 2009

20.6.12

ORAR

RUPNIK
Primero, yo hablo, Tú escuchas;
luego, Tú hablas, yo escucho;
más allá, no hablamos ninguno de los dos, los dos escuchamos;
al final, ninguno habla, ni escucha:
sólo hay silencio.


Anthony de Mello
 La oración de la rana, vol.I. Ed. Claret, Barcelona 1997, p.34.

 
Etapas en la vida de oración: De la necesidad al deseo; del deseo al silencio

La oración no es un tiempo, ni una actividad, sino un estado de comunión. Toda comunión supone un “yo” y un “tú”. Ahora bien, cuanto más ahondamos en nuestro “yo”, más nos adentramos en el “Tú” de Dios, hasta convertirnos Uno. Podemos distinguir tres estadios en la vida de oración:

En la necesidad, el centro de gravedad es mi yo, mis exigencias, mis maneras limitadas de ver y de interpretar las presencias y ausencias de Dios...

En el deseo, el centro empieza a desplazarse hacia el Tú de Dios, y estoy más atento a lo que se me dice que a lo que yo quiero decir. Para percibir los matices de este desplazamiento, es ilustrativa la distinción que hace Teresa de Jesús entre contentamientos y gustos. “Los contentamientos me parece que son aquellos que adquirimos con nuestra meditación y peticiones a nuestro Señor, y proceden de nuestra naturaleza” (Cuartas Moradas, 1,4). Es decir, se trata de una satisfacción que todavía se refiere a uno mismo. “Empiezan de nuestro propio natural, si bien acaban en Dios” (íbid.). Los “gustos”, en cambio, son don de Dios y no pueden ser provocados: “Todo nuestro interior se dilata y se engranda, y no se puede expresar todo el bien que resulta de ello” (4M 2,6). El yo va despojándose cada vez más de sí mismo para llegar a otra Orilla: el Silencio.

En el silencio, ya no hay “yo” ni “tú”, sino una com-unión que va más allá del mero “nosotros”. No se trata tampoco de una fusión, si por “fusión” entendemos “disolución” de la propia identidad, sino que es la participación en la comunión trinitaria, en la que se da la unión de Personas sin confusión. Como dice Henri Le Saux, “nunca alcanzaremos verdaderamente a Dios con un pensamiento objetival, sino en el fondo mismo de la experiencia purificada de mi propio “yo”, que es participación del único Yo divino. Para que sea plenamente verdadero, el “Tú” de mi oración tiene que fusionarse con el “Tú” que desde siempre el Hijo le dice al Padre, en aquel Yo-Tú indivisible de la Unitrinidad” (Despertar a sí mismo... Despertar a Dios, Ed. Mensajero, Bilbao 1989, pp.97-98.)
Javier Melloni, sj.
Itinerario hacia una vida en Dios.  Pág.29

12.6.12

La plenitud: Él- Amor

Hubo una explosión de Amor. El Amor lo dio todo de sí, como no puede dejar de hacer.

Hay fuerzas que empujan hacia la implosión. Hay anti-Amor. Pero el Amor es más fuerte que todo. El Amor no cesa de amar. Nada ni nadie puede frenar su dinamismo puesto que de Él venimos  y a Él nos dirigimos, mientras... ¡EN EL AMOR VIVIMOS!

Todo queda acogido, recogido, vivificado en el seno cósmico que todo lo nutre. Nada se halla fuera del Amor, mas Él se retira suavemente para dejar ser lo que de él nació pues si no lo hiciera sólo existiría Él.

Amorosa Unidad. Todo en todo. Todos con todo. El Todo en todo. Y todas las cosas existentes, sean cuales sean, se dirigen inexorablemente hacia una expansión del Amor que, cuando llegue el momento, todo lo abrazará nuevamente en sí para dotarlo de nueva vida, para enjugar lágrimas nacidas en el devenir, para iluminar los rincones vitales que se dirigieron hacia la sombra de la luz.

11.6.12

«Brille vuestra luz... Mt 5,16



Yo me muero de amor, que no sabía,
aunque diestro en amar cosas del suelo,
que no pensaba yo que amor del cielo
con tal rigor las almas encendía.

Si llama la moral filosofía
deseo de hermosura a amor, recelo
que con mayores ansias me desvelo
cuanto es más alta la belleza mía.

Amé en la tierra vil, ¡qué necio amante!
¡Oh luz del alma, habiendo de buscaros,
qué tiempo que perdí como ignorante!

Mas yo os prometo agora de pagaros
con mil siglos de amor cualquiera instante
que por amarme a mí dejé de amaros.

Félix Lope de Vega

10.6.12

Y cantados los himnos... Mc 14,26

Pange, lingua, gloriosi
Córporis mystérium
Sanguinísque pretiósi,
Quem in mundi prétium
Fructus ventris generósi
Rex effúdit géntium.
Nobis datus, nobis natus
Ex intácta Vírgine,
Et in mundo conversátus,
Sparso verbi sémine,
Sui moras incolátus
Miro clausit órdine.
In supremæ nocte coenæ
Recumbens cum frátribus,
Observata lege plene
Cibis in legálibus,
Cibum turbæ duodenæ
Se dat súis mánibus.
Verbum caro, panem verum
Verbo carnem éfficit,
Fitque Sanguis Christi merum,
Et, si sensus déficit,
Ad firmandum cor sincerum
Sola fides súfficit.
Tantum ergo Sacraméntum,
Venerémur cérnui:
Et antíquum documentum
Novo cedat rítui;
Præstet fides suppleméntum
Sénsuum deféctui.
Genitori Genitóque,
Laus et iubilátio;
Salus, honor, virtus quoque,
Sit et benedíctio;
Procedénti ab utróque
Compar sit laudátio.
Amen.

Mocedades  (S Tomás de Aquino)

Canta, mi lengua,
el Sacramento glorioso del cuerpo
y de la sangre preciosa
que el Rey de las naciones,
Fruto de un vientre generoso,
Derramó como rescate del mundo.
Nos fue dado,
nos nació de una Virgen sin mancha;
y después de pasar su vida en el mundo,
una vez propagada la semilla de su palabra,
Terminó el tiempo de su destierro
Dando una admirable disposición.
En la noche de la Última Cena,
Sentado a la mesa con sus hermanos,
Después de observar plenamente
La ley sobre la comida legal,
se da con sus propias manos
Como alimento para los doce.
El Verbo encarnado, pan verdadero,
lo convierte con su palabra en su carne,
y el vino puro se convierte en la sangre de Cristo.
Y aunque fallan los sentidos,
Solo la fe es suficiente
para fortalecer el corazón en la verdad.
Veneremos, pues,
Postrados tan grande Sacramento;
y la antigua imagen ceda el lugar
al nuevo rito; la fe reemplace
La incapacidad de los sentidos.
Al Padre y al Hijo sean dadas alabanza y gloria,
Fortaleza, honor, poder y bendición;
una gloria igual sea dada a
aquel que de uno y de otro procede.
Amén.

8.6.12

«...todo cuanto poseía Mc 12,44


GUDIOL
 Ofrenda: no se puede ofrecer otra cosa más que el yo, y cuanto denominamos ofrenda no es más que una etiqueta puesta a un desquite del yo.

Simone Weil

6.6.12

«El primero es: Escucha...» Mc 12,29

David Bomberg-ESCUCHA ISRAEL
“Amor es lo que Él pretendió. ¿Quién te lo revela? El amor. ¿Por qué te lo revela? Por amor... Así aprenderás que nuestro Señor significa AMOR"
 (Juliana de Norwich, Il libro delle rivelazioni, cap. 86, Milán 1997, p. 320).

3.6.12

Él- Mistero del AMOR

RUBLEV
Oh Dios mío, Trinidad a quien adoro, ayúdame a olvidarme totalmente de mí para establecerme en Ti, inmóvil y tranquilo, como si ya mi alma estuviera en la eternidad. Que nada pueda turbar mi paz, ni hacerme salir de Ti, oh mi inmutable, sino que cada minuto me sumerja más en la hondura de tu Misterio.
Pacifica mi alma, haz de ella tu cielo, tu morada de amor y el lugar de tu descanso. Que en ella nunca te deje solo, sino que esté ahí con todo mi ser, todo despierto en fe, todo adorante, totalmente entregado a tu acción creadora.
Oh mi Cristo amado, crucificado por amor, quisiera ser, en mi alma, una esposa para tu Corazón, quisiera cubrirte de gloria, quisiera amarte..., hasta morir de amor. Pero siento mi impotencia: te pido ser revestido de Ti mismo, identificar mi alma con cada movimiento de la Tuya, sumergirme en Ti, ser invadido por Ti, ser sustituido por Ti, para que mi vida no sea sino irradiación de tu Vida. Ven a mí como Adorador, como Reparador y como Salvador.
Oh Verbo eterno, Palabra de mi Dios, quiero pasar mi vida escuchándote, quiero volverme totalmente dócil, para aprenderlo todo de Ti.  Y luego, a través de todas las noches, de todos los vacíos, de todas mis impotencias, quiero fijar siempre la mirada en Ti y morar en tu inmensa luz.
Oh Astro mío querido, fascíname, para que ya no pueda salir de tu esplendor.
Oh Fuego abrazador, Espíritu de amor, desciende sobre mí, para que en mi alma se realice como una encarnación del Verbo: que yo sea para Él como una prolongación de su Humanidad Sacratísima en la que renueve todo su Misterio.
Y Tú, oh Padre, inclínate sobre esta pobre criatura tuya, cúbrela con tu sombra, no veas en ella sino a tu Hijo Predilecto en quien tienes todas tus complacencias.
Oh mis Tres, mi Todo, mi Bienaventuranza, Soledad infinita, Inmensidad en que me pierdo, me entrego a Vos como una presa. Sumergíos en mí para que yo me sumerja en Vos, hasta que vaya a contemplar en vuestra luz el abismo de vuestras grandezas
Beata Isabel de la Trinidad