30.11.11

¡DESPIERTA!

GUDIOL
«Yo dormía, pero mi corazón velaba.
¡La voz de mi amado que llama:
'Ábreme, hermana mía, amiga mía,
paloma mía, mi perfecta,
que mi cabeza está cubierta de rocío,
y mi cabello del relente de la noche'!
'Me he quitado mi túnica,
¿cómo ponérmela de nuevo?
He lavado mis pies,
¿cómo volver a mancharlos?'
Mi amado metió la mano
por la hendidura,
y por él se estremecieron mis entrañas.
Me levanté para abrir a mi amado,
y mis manos destilaron mirra,
mirra fluida mis dedos,
en el pestillo de la cerradura.
Abrí a mi amado,
pero mi amado se había ido de largo.
El alma se me salió a su huida...»
(Cant 5,2-6)

28.11.11

Suni Ai: Escuchar

"Suni Ai se puede traducir como "escuchar". Aunque en este caso es un estado. Un estado en el que estamos totalmente despiertos, presentes ... actuamos en armonía con el fluir de la vida en cada momento"

Suni Ai : Snatam Kaur

27.11.11

«¡Velad!» Mc13,37

Sieger Koder
A LA NOCHE
Noche fabricadora de embelecos,
loca, imaginativa, quimerista,
que muestras al que en ti su bien conquista,
los montes llanos y los mares secos;
habitadora de cerebros huecos,
mecánica, filósofa, alquimista,
encubridora vil, lince sin vista,
espantadiza de tus mismos ecos;
la sombra, el miedo, el mal se te atribuya,
solícita, poeta, enferma, fría,
manos del bravo y pies del fugitivo.
Que vele o duerma, media vida es tuya;
si velo, te lo pago con el día,
y si duermo, no siento lo que vivo.
LOPE DE VEGA

26.11.11

ADVIENTO: ...Por Él, con Él y en Él- el tiempo se hace cristiano y la espera esperanzada (Casaldáliga)


ESPÉRAME TAMBIÉN
Porque lo espero a El, y porque espero
que, al encontrarlo, todos nos veamos
restablecidos por el sol primero
y el corazón seguro de que amamos;
porque no acepto esa mirada fría
y creo en el rescoldo que ella esconde;
porque tu soledad también es mía;
y todo yo soy una herida, donde
alguna sangre mana; y donde espera
un muerto, yo reclamo primavera,
muerto con él ya antes de mi muerte;
porque aprendí a esperar a contramano
de tanta decepción: te juro, hermano,
que espero tanto verLo como verte.
P. Casaldáliga

25.11.11

«Estad en vela, orando en todo tiempo» :La oración continua en el corazón (Melloni)

LA  ORACIÓN DEL CORAZÓN, LA ORACIÓN CONTINUA
La oración continua en el corazón, lugar de unificación y de unión 
En el libro del Deuteronomio ya encontramos un anticipo de esta oración:"Escucha, Israel. Yahveh nuestro Dios es el único. Amarás a Yahvé tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza. Queden en tu corazón estas palabras que yo te he dicho hoy. Se las repetirás a tus hijos, les hablarás de ellas tanto si estás en casa como si vas de viaje, así acostado como levantado; las atarás a tu mano como una señal y serán como una insignia entre tus ojos" (Dt 6, 4-8). La piedad judía se transforma en mística cristiana en el Evangelio de Juan: "Permaneced en mí y yo permanecerá en vosotros (...). Vosotros no podéis dar fruto si no estáis en mí (...). El que está en mí y yo en él, ése da mucho fruto, porque sin mí no podéis hacer nada" (Jn15, 4-5). Este "estar" o "permanecer" ("menein", en griego) aparece 45 veces en el Evangelio de Juan, y es su verbo teologal por excelencia. Este permanecer en Dios por el don de la oración continua no es una técnica, sino un estado, es una gota persistente de presencia divina que nos va penetrando y transformando. Es un estado de AMOR, una tensión sin esfuerzo, un deseo loco hacia Aquel que ya habita plenamente en nosotros. En diferentes pasajes de los Evangelios encontramos antecedentes remotos de la oración del nombre de Jesús: en Bartimeo, el ciego de Jericó, invocando a Jesús que pasaba por el camino (Mc10,46-52); en los dos ciegos que claman a Jesús (Mt 9,27-31); en los leprosos (Lc17,11-19)...La fórmula clásica de esta oración es: "Señor Jesús, Hijo de Dios, ten misericordia de mí, pecador".La primera parte, "Señor Jesús, Hijo de Dios", se basa en la importancia bíblica del Nombre, una característica en encontramos también en otras culturas denominadas "primitivas", pero que sería más adecuado llamar "primordiales", porque están más arraigadas en los núcleos primigenios de la realidad. En estas culturas, el nombre de la persona revela su identidad. "Le pondrás por nombre Jesús, porque salvará a su pueblo de sus pecados" (Mt 1,21), se le dice a José. Iesous viene de Je(ho)schouah (Josué), un nombre poco común que significa : " Dios salva, Dios es salvación". La salvación que nos trae Jesús es liberarnos de cerrarnos en nosotros mismos. Al nombre de Jesús, los demonios de someten (Lc10,17). "Todo lo que pidáis en mi nombre, os lo concederé" (Jn 14,14; 15,16; 16,24). Ahora bien, invocar su nombre no puede confundirse con una fórmula mágica: "en su nombre" significa según su Espíritu (Hch 3, 6.16; 1Cor 12,3), esto es, según su misma actitud de donación y de vaciamiento de sí mismo (Fil 2,7). Su nombre sólo tiene "poder" cuando uno se despoja de todo poder. Sólo así se puede revelar su gloria (Fil 2,9-10).
La segunda parte de la oración ("ten misericordia de mí, pecador") abre nuestra pobreza a la gracia, como ocurrió con el publicano (Lc18,13). La oración del corazón requiere una cierta "técnica físico-psíquica": hay que repetir sin cesar y acompasando la repetición con la respiración. Parece que, en algún momento a lo largo de su evolución, esta oración recibió la influencia hindú a través de los sufís musulmanes. En el hinduismo, la repetición del nombre de Dios se denomina "Nama Japa", práctica que debe distinguirse de la repetición de un mantra, que es únicamente un sonido, aunque se trate de un sonido sagrado. Entre los sufis, la repetición del nombre de Allah ritmada con la respiración se denomina dhikr.
Primero, hay que repetirla en voz alta. Después se convierte en una especie de eco interior. Así lo expresa el autor anónimo de los Relatos de un peregrino ruso: "Al cabo de poco rato, sentí que la propia oración empezaba a entrar en mi corazón, es decir, que mi corazón, al tiempo que latía con normalidad, recitaba en su interior las palabras de la oración con cada latido, por ejemplo:1) Señor, 2)Jesu- 3)cristo, etc. Dejé de decir la oración con los labios y puse toda mi atención en escuchar cómo hablaba el corazón (...) Después, empecé a sentir un ligero dolor en el corazón, en el espíritu, tanto amor por Jesucristo que me parecía que, si lo hubiese visto, me habría lanzado a sus pies, los habría abrazado, besándolos dulcemente hasta las lágrimas, agradeciéndole el consuelo que nos da con su nombre, su bondad y su amor hacia la criatura indigna y pecadora"
Y a continuación, otro testimonio extraído de la Filocalia:
"Si la mente invoca continuamente el nombre del Señor y el espíritu presta atención claramente a la invocación del nombre divino, la luz del conocimiento de Dios, como una nube de luz, cubre toda el alma. El amor y la alegría siguen al amor perfecto de Dios" (24).
Tal vez el resumen más bello de lo que genera la oración del corazón sea lo que dijo San Juan Crisóstomo: "El corazón absorbe al Señor, y el Señor absorbe al corazón, y los dos se hacen uno".
Ahora bien, insistimos en decir que la intimidad no es cerrarse, sino todo lo contrario: apertura máxima. Desde el centro del corazón, el orante se abre al corazón de la realidad. La oración es personal, pero nunca individual, es decir, nunca al margen de los demás. En el Monasterio de San Juan Bautista, fundado por el Archimandrita Sophronías, discípulo de San Silván del Monte Athos, la fórmula de la oración de los monjes se recita siempre en plural: "Jesús, Hijo de Dios, ten misericordia de nosotros, pecadores", Este nosotros incluye a todo el mundo. Porque, de hecho, cuando oramos, nunca oramos solos, sino que lo hacemos en nombre de los que no pueden o no saben orar.

JAVIER MELLONI

23.11.11

¡Bendecid al Señor!


No sabe qué es amor quien no te ama...

No sabe qué es amor quien no te ama,
celestial hermosura, esposo bello,
tu cabeza es de oro, y tu cabello
como el cogollo que la palma enrama.

Tu boca como lirio, que derrama
licor al alba, de marfil tu cuello;
tu mano en torno y en su palma el sello
que el alma por disfraz jacintos llama.

¡Ay Dios!, ¿en qué pensé cuando, dejando
tanta belleza y las mortales viendo,
perdí lo que pudiera estar gozando?

Pues  si del tiempo que perdí me ofendo,
tal prisa me daré, que una hora amando
venza los años que pasé fingiendo
.


LOPE DE VEGA

22.11.11

¡Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas! Lc 21,19


La obligación de anunciar la buena nueva va a obligarnos a caminar simultáneamente al paso de Dios y al nuestro, por lo que la mayor parte de las veces tendremos los andares insólitos de un cojo o los vacilantes de un semiciego. Con todas nuestras fuerzas, todo nuestro espíritu y todo nuestro corazón haremos de la evangelización la aplicación del programa de Jesucristo. Pero el programa que conocemos se sume por completo en un plan que para nosotros permanece oscuro. No sabemos lo que el Señor hará del trabajo de cada día, aunque sea perfecto..., y si es muy imperfecto o torpe, tampoco sabemos para qué servirá. Lo único que sabemos es que lo que se da a Dios no se pierde.
Madeleine Delbrêl

20.11.11

«Dio todo cuanto tenía para vivir» Lc 21,4


“Quiero mostrarte yo mismo lo que quiero de ti: Si así lo quieres toma hojas de este árbol, es el conocimiento de mi voluntad y la experiencia de amor. Y en la necesidad me sentirás en fruición, así obró mi Padre conmigo que era su Hijo. Me dejó en la aflicción pero no me abandonó. Lo sentía en la fruición y servía a aquellos a los que me había enviado. Ayuda amada mía a los que están afligidos, obren bien o mal contigo, Amor te confiere las fuerzas para ello. Da TODO pues TODO es tuyo”
                                                   Hadewijch de Amberes

19.11.11

Cristo Rey: El «insólito»

RUPNIK
Lo «insólito» no le confiere al cristiano las características de un hombre notable y señalado, sino el rechazo o la denuncia en su propia vida de todo lo que pueda alterar su parecido con Jesucristo. No se trata de la brillante realización de un hombre cristiano, sino del mismo Cristo de siempre que muestra su rostro a través del de un hombre.
Un hombre que no sólo cree en Dios, sino que debe amarle como un hijo ama a un padre amoroso y todopoderoso, a la manera de Cristo.
No sólo depende de Dios, sino que es soberanamente libre por voluntad de Dios.
No sólo ama a su prójimo como a sí mismo, sino que debe amarlo «como Cristo nos ha amado», a la manera de Cristo.
No sólo es hermano, sino un hermano bueno en sus palabras y en sus actos. Para esta bondad no  hay límites ni dispensa.
No sólo es hermano de su prójimo cercano, sino del prójimo universal.
No sólo es hermano legal, sino hermano práctico, accesible: no tiene que rebajarse para nadie, no hay distancia; es el prójimo de todos, no se rebaja ni se eleva: está al mismo nivel; sin  privilegios y sin derechos: sin superioridad.
No sólo da, sino que comparte; presta, pero no reclama; está disponible para lo que se le pide y  también para más de lo que se pide.
No sólo sin mentiras, sino también sin silencios, sin «añadiduras ».
No sólo es hermano de los que le aman, sino también de sus enemigos; no sólo soporta los  golpes, sino que no se aleja del que le golpea.
No sólo no devuelve el mal, sino que perdona, olvida; y no sólo olvida, sino que devuelve bien por mal.
No sólo sufre y muere a manos de algunos, sino que sufre y muere por ellos; y no sólo una vez, sino en cada ocasión.
No sólo juzga con justicia, sino que no juzga a nadie.
No sólo comparte lo que es y lo que tiene, sino que da lo único que Dios le ha dado personalmente: su propia vida.
No sólo combate el mal interior —en él mismo—, sino también el exterior; y no sólo lucha contra el mal allí donde esté, sino contra sus frutos: la desdicha, el sufrimiento o la muerte. Pero combate por el bien y sin cometer el mal y, si se trata de la felicidad de muchos, no acepta compensarla con la desgracia de uno solo.
No sólo combate el mal en el mundo, sino que acepta el sufrimiento que debe soportar.
No sólo lo acepta, sino que lo acepta de buen grado, voluntariamente, porque es la energía, la eficacia, el arma del combate cristiano.
No sólo combate, sino que combate sin gloria, para que Dios sea glorificado, sea santificado su  nombre y venga su reino.
No sólo acepta no parecer un héroe, sino no serlo.
No sólo acepta no ser admirado, sino ser ignorado; no sólo admite no tener la estima ajena, sino tampoco la propia.
No sólo emplea todas sus fuerzas en la tarea, sino que ignora para qué sirve esa tarea; no sólo  ignora quién la empezó o la continúa, sino que ignora la obra de Dios en la que se utiliza.
No sólo combate, sino que es pacífico, porque lo que el Dios todopoderoso e infinitamente  amoroso ha empezado o continúa, él siempre lo termina con fuerza y con amor. Espera de Dios con una confianza «inagotable» eso por lo que trabaja con todas sus fuerzas y sus fuerzas no pueden realizar. Pide a Dios que se haga su voluntad; espera de Dios que venga su reino. La oración es para él la energía de la acción.
No sólo ama la vida porque Dios la ha hecho, sino que es feliz de vivir una vida que es eterna para todos los hombres.
No sólo es feliz de vivir, sino que es feliz de morir, porque morir es nacer a la eternidad, porque todo hombre será juzgado por el amor de Dios, por la justicia compasiva de Dios; no sólo porque la creación es hija de Dios, sino porque su belleza, incluso saboteada, es indestructible; no sólo porque el hombre está sumergido en los bienes de Dios, sino porque Dios sólo permite el mal para que de él nazca un bien mejor.
No sólo actúa en el tiempo, sino que espera los frutos de eternidad cuya semilla siembra él en el tiempo. Esto es lo que él denomina «esperanza».
No sólo es feliz porque vive gracias a Dios y para Dios, sino porque vivirá y hará vivir a sus hermanos con Dios para siempre.
Madeleine Delbrêl (La Alegría de Creer)

Creeré

Creeré (Tercer Cielo)

14.11.11

¡La mirada de Jesús!


El icono de Zaqueo.
Lee despacio la escena sintiéndote dentro de ella: también tú acaparas muchas «riquezas injustas»: lo que sabes, puedes, tienes...; también tú quieres saber quién es Jesús; también tú eres «pequeño de estatura» para poder verle, y muchos tipos de «multitudes» te lo están impidiendo; también tú estás tratando de poner algún medio para verle. «Jesús, llegando a aquel sitio, alzó la vista...» Antes de que os dijera a Zaqueo y a ti : «Baja pronto, que quiero hospedarme en tu casa», su mirada os ha hablado de acogida incondicional, de su deseo de encontrarse con él y contigo, de la alegría que le da su presencia y la tuya, de las expectativas de amistad que tiene sobre él y sobre ti. En su mirada no hay, en ese primer momento, ni exigencia, ni corrección, ni siquiera llamada a la conversión; tan sólo hay una oferta de perdón gratuito y una llamada a entrar en otro nivel de relación. Deja que fluyan en ti el agradecimiento, la alegría de ser mirado así, de recibir esa llamada a una mayor intimidad. Sé consciente de que la transformación de Zaqueo, su conversión a la justicia y la generosidad nacieron de ahí. Ponte delante de Jesús con «todos tus bienes» y dile qué quieres hacer con ellos. Escucha como pronunciadas para ti las palabras de Jesús:
«El Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar
lo que estaba perdido...»

Dolores Aleixandre "Compañeros en el camino"

13.11.11

«¿Qué quieres que te haga?» El dijo: «¡Señor, que vea!» Lc 18,41


Los colores
En algún lugar del tiempo, más allá del tiempo, el mundo era gris. Gracias a los indios Ishir, que robaron los colores a los dioses, ahora el mundo resplandece; y los colores del mundo arden en los ojos que los miran.
Ticio Escobar acompañó a un equipo de la televisión española que vino al Chaco para filmar escenas de la vida cotidiana de los Ishir. Una niña indígena perseguía al director del equipo, silenciosa sombra pegada a su cuerpo, y lo miraba fijo a la cara, de muy cerca, como queriendo meterse en sus raros ojos azules.
El director recurrió a los buenos oficios de Ticio, que conocía a la niña, y la muy curiosa le confesó:
-Yo quiero saber de qué color mira usted las cosas.
-Del mismo que tú -sonrió el director.
-¿Y cómo sabe usted de qué color veo yo las cosas?
Eduardo Galeano

11.11.11

«Orar siempre sin desfallecer» Lc 18,1

"Sí, cuanto más me incrusta el mal y más se hace incurable en el fondo de mi carne, a Ti más te cobijo, como un principio amante, activo, de depuración y de liberación. Cuanto más se abre ante mí el futuro como una grieta vertiginosa o un oscuro paso, más confianza puedo tener, si me aventuro sobre tu palabra, de perderme o abismarme en Ti, de ser, Jesús, asimilado por tu Cuerpo. Energía de mi Señor, Fuerza irresistible y viviente, puesto que de nosotros dos Tú eres infinitamente el más fuerte, a Ti es a quien compete el papel de quemarme en la unión que ha de fundirnos juntos. Dame todavía algo más precioso que la gracia por la que todos los fieles te ruegan. No basta con que muera comulgando. Enséñame a comulgar muriendo."

P Teilhard de Chardin

9.11.11

«Vedlo aquí» Lc 17, 21


«Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia pudo subir a lo alto del cielo. A su vuelta contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos. "El mundo es eso", reveló, "un montón de gente, un mar de fueguitos". Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca se enciende»
Eduardo Galeano

7.11.11

«El celo por tu Casa me devorará» Jn 2,17

 
Soy
Soy lo que dejaron,
soy toda la sobra de lo que se robaron.
Un pueblo escondido en la cima,
mi piel es de cuero por eso aguanta cualquier clima.
Soy una fábrica de humo,
mano de obra campesina para tu consumo
Frente de frio en el medio del verano,
el amor en los tiempos del cólera, mi hermano.
El sol que nace y el día que muere,
con los mejores atardeceres.
Soy el desarrollo en carne viva,
un discurso político sin saliva.
Las caras más bonitas que he conocido,
soy la fotografía de un desaparecido.
Soy la sangre dentro de tus venas,
soy un pedazo de tierra que vale la pena.
soy una canasta con frijoles ,
soy Maradona contra Inglaterra anotándote dos goles.
Soy lo que sostiene mi bandera,
la espina dorsal del planeta es mi cordillera.
Soy lo que me enseño mi padre,
el que no quiere a su patria no quiere a su madre.
Soy América latina,
un pueblo sin piernas pero que camina.

Tú no puedes comprar al viento.
Tú no puedes comprar al sol.
Tú no puedes comprar la lluvia.
Tú no puedes comprar el calor.
Tú no puedes comprar las nubes.
Tú no puedes comprar los colores.
Tú no puedes comprar mi alegría.
Tú no puedes comprar mis dolores.

Tengo los lagos, tengo los ríos.
Tengo mis dientes pa` cuando me sonrío.
La nieve que maquilla mis montañas.
Tengo el sol que me seca  y la lluvia que me baña.
Un desierto embriagado con bellos de un trago de pulque.
Para cantar con los coyotes, todo lo que necesito.
Tengo mis pulmones respirando azul clarito.
La altura que sofoca.
Soy las muelas de mi boca mascando coca.
El otoño con sus hojas desmalladas.
Los versos escritos bajo la noche estrellada.
Una viña repleta de uvas.
Un cañaveral bajo el sol en cuba.
Soy el mar Caribe que vigila las casitas,
Haciendo rituales de agua bendita.
El viento que peina mi cabello.
Soy todos los santos que cuelgan de mi cuello.
El jugo de mi lucha no es artificial,
Porque el abono de mi tierra es natural.

Tú no puedes comprar al viento.
Tú no puedes comprar al sol.
Tú no puedes comprar la lluvia.
Tú no puedes comprar el calor.
Tú no puedes comprar las nubes.
Tú no puedes comprar los colores.
Tú no puedes comprar mi alegría.
Tú no puedes comprar mis dolores.

Você não pode comprar o vento
Você não pode comprar o sol
Você não pode comprar chuva
Você não pode comprar o calor
Você não pode comprar as nuvens
Você não pode comprar as cores
Você não pode comprar minha felicidade
Você não pode comprar minha tristeza

Tú no puedes comprar al sol.
Tú no puedes comprar la lluvia.
(Vamos dibujando el camino,
vamos caminando)
No puedes comprar mi vida.
MI TIERRA NO SE VENDE.

Trabajo en bruto pero con orgullo,
Aquí se comparte, lo mío es tuyo.
Este pueblo no se ahoga con marullos,
Y si se derrumba yo lo reconstruyo.
Tampoco pestañeo cuando te miro,
Para q te acuerdes de mi apellido.
La operación cóndor invadiendo mi nido,
¡Perdono pero nunca olvido!

(Vamos caminando)
Aquí se respira lucha.
(Vamos caminando)
Yo canto porque se escucha.

Aquí estamos de pie
¡Que viva Latinoamérica!

No puedes comprar mi vida
 
Calle 13 (Latinoamérica)

5.11.11

«A media noche se oyó un grito: "¡Ya está aquí el novio!» Mt 25,6


¿Dónde está tu victoria, muerte extraña?
¿Dónde está tu derrota, muerte amiga?
Nos llevas, te llevamos, en la entraña,
grano en tu surco, de tu surco espiga.
Juntos crecemos. Tú hacia el ocaso,
cumplida la misión que nos fecunda.
Nosotros hacia el día, por el "paso"
de tu garganta abierta. La profunda
soledad de tu abismo se ha llenado
con el grito del Dios crucificado,
con tu muerte en Su muerte redentora.
¡Victoria derrotada en Su agonía,
oh hermana temporal, vientre del Día,
umbral de los “levantes de la aurora”!
P. Casaldáliga

4.11.11

«Dios conoce vuestros corazones»



Servant of Peace (Knatam Kaur)

Oración de San Francisco de Asís:

Señor, hazme un instrumento de tu paz;
Donde haya odio, siembre yo amor;
Donde haya injuria, perdón;
En caso de duda, fe;
Donde haya desesperación, esperanza;
Donde haya tinieblas, luz;
Donde haya tristeza, alegría.

Oh Divino Maestro,
Haz que yo no busque tanto:
Para ser consolado, sino consolar;
Para ser comprendido, sino comprender;
Para ser amado, como amar;
Porque es en el dar que recibir,
Es perdonando que somos perdonados, 

 Es muriendo que nacemos a la vida eterna.