RUPNIK |
YO SOY TU SALUD
Dime pues, Señor, por tu misericordia,
quién eres Tú para mí.
Dile a mi alma: <<Yo soy tu Salud>> (Sal 34, 3).
Y dímelo en forma que te oiga;
ábreme los oídos del corazón,
y dime: <<Yo soy tu Salud>>.
Y corra yo detrás de esa voz,
hasta alcanzarte.
No escondas de mí tu rostro,
y muera yo, si es preciso,
para no morir, y contemplarlo.
San Agustín