¡Navidad es nuestra miseria iluminada! Navidad es TODO el SER que se abre a un nuevo conocimiento desde el corazón de Dios por libre consentimiento
"De Dios no podemos saber más que una cosa: que Él es lo que nosotros no somos. Sólo nuestra
miseria es imagen suya. Cuanto más la contemplamos más le contemplamos a Él.
El pecado no es otra cosa que el desconocimiento de la miseria humana. Se trata de una miseria
inconsciente y por eso mismo culpable. La historia de Cristo es la prueba experimental de que la miseria
humana es irreducible y de que es tan grande en el hombre sin pecado como en el pecador. Simplemente
está iluminada...
Al rico, al poderoso, le resulta difícil el conocimiento de la miseria humana, porque esta predispuesto
a creer de manera casi insalvable que él es algo. También le resulta difícil al miserable porque está
predispuesto a creer de manera casi insalvable que el rico, el poderoso, es algo.
No es el error el que prefigura el pecado mortal, sino el grado de luz que hay en el alma cuando se
comete el error, cualquiera que éste sea.
...Toda inspiración divina obra de un modo infalible, de un modo irresistible, siempre que no se desvíe
la atención de ella, siempre que no se la rechace. No existe una opción a su favor; basta con no negarse a
reconocer que existe...
...La atención se halla ligada al deseo. No a la voluntad, sino al deseo. O, más exactamente, al consentimiento...
...Una vez se posee un punto de eternidad en el alma, no queda más que preservarlo, pues crece desde
sí mismo, como una simiente. A su alrededor hay que mantener un gran ejército inmóvil."
Simone Weil
¡Feliz Navidad!