GUDIOL |
AY DE MÍ
Cuando yo me adhiriere a Ti con todo mi ser,
ya no habrá más dolor ni trabajo para mí,
y mi vida será viva, llena toda de Ti.
Mas ahora, como al que Tú llenas lo elevas,
me soy carga a mí mismo,
porque no estoy lleno de Ti.
Contienden mis alegrías, dignas de ser lloradas,
con mis tristezas, dignas de alegría,
y no sé de qué parte está la victoria.
Contienden mis tristezas malas con mis gozos buenos,
y no sé de qué parte está la victoria.
¡Ay de mí, Señor! ¡Ten misericordia de mí!
¡Ay de mí!
San Agustín
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