Poema: Cada ciudad puede ser otra
Los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.
son los que cambian, los que olvidan.
Jaime Sabines
Cada ciudad puede ser otra
cuando el amor la transfigura
cada ciudad puede ser tantas
como amorosos la recorren
el amor pasa por los parques
casi sin verlos amándolos
entre la fiesta de los pájaros
y la homilía de los pinos
cada ciudad puede ser otra
cuando el amor pinta los muros
y de los rostros que atardecen
unos es el rostro del amor
y el amor viene y va y regresa
y la ciudad es el testigo
de sus abrazos y crepúsculos
de sus bonanzas y aguaceros
y si el amor se va y no vuelve
la ciudad carga con su otoño
ya que le quedan sólo el duelo
y las estatuas del amo
Cada ciudad puede ser otra
cuando el amor la transfigura
cada ciudad puede ser tantas
como amorosos la recorren
el amor pasa por los parques
casi sin verlos amándolos
entre la fiesta de los pájaros
y la homilía de los pinos
cada ciudad puede ser otra
cuando el amor pinta los muros
y de los rostros que atardecen
unos es el rostro del amor
y el amor viene y va y regresa
y la ciudad es el testigo
de sus abrazos y crepúsculos
de sus bonanzas y aguaceros
y si el amor se va y no vuelve
la ciudad carga con su otoño
ya que le quedan sólo el duelo
y las estatuas del amo
Mario Benedetti
Música: El tercer deseo
Voy a irte a buscar allí,
al pedazo de noche en que
tropezaron de pronto,
tus ojos, mis ojos,
tan llenos de igual soledad... allí.
Voy a irte a buscar allí,
a tratar de retroceder,
transitar por el tiempo
y volverte a encontrar
en el mismo lugar que te vi... allí.
Voy a irte a buscar
al instante preciso
en que nuestros rumbos
se unieron en la multitud.
Voy a irte a buscar
al tumulto de pasos,
de rostros, de voces y luces
donde te perdí;
voy a volver, regresaré,
ve tú también.
Voy a irte a buscar allí,
a acampar para siempre en ti,
y esta vez no habrá fuerza posible
capaz de evitar este encuentro
que presentí.
al pedazo de noche en que
tropezaron de pronto,
tus ojos, mis ojos,
tan llenos de igual soledad... allí.
Voy a irte a buscar allí,
a tratar de retroceder,
transitar por el tiempo
y volverte a encontrar
en el mismo lugar que te vi... allí.
Voy a irte a buscar
al instante preciso
en que nuestros rumbos
se unieron en la multitud.
Voy a irte a buscar
al tumulto de pasos,
de rostros, de voces y luces
donde te perdí;
voy a volver, regresaré,
ve tú también.
Voy a irte a buscar allí,
a acampar para siempre en ti,
y esta vez no habrá fuerza posible
capaz de evitar este encuentro
que presentí.
Voy a irte a buscar allí,
hace un siglo te conocí,
y esta vez no te vas a esfumar
la marea te trajo por fin
hasta mi país.
Voy a irte a buscar
aunque en ello me juegue
mi tercer deseo,
mi última oportunidad.
Voy a irte a buscar
a través de las miles de vidas
que distan de ti
desde ayer a las diez;
voy a volver,
regresaré,
ve tú también
y espérame...
ayer...
allí…
Augusto Blanca
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