18.3.12

Por los ríos de Babilonia. Cf Salmo 137, 1-6

Rivers of Babylon 

Por los ríos de Babilonia, allí donde nos sentábamos
Ye-eah nosotros lloramos, cuando recordábamos a Sion
Por los ríos de Babilonia, allí donde nos sentábamos
Ye-eah nosotros lloramos, cuando recordábamos a Sion
Cuando lo perverso
Nos llevó en cautividad
Requirió de nosotros una canción
Ahora cómo podemos cantar la canción del Señor en una tierra extraña
Cuando lo perverso
Nos llevó en cautividad
Requirió de nosotros una canción
Ahora cómo podemos cantar la canción del Señor en una tierra extraña
Deja a las palabras de nuestra boca
Y las meditaciones de nuestro corazón
Ser aceptables a nuestra vista aquí esta noche
Deja a las palabras de nuestra boca
Y las meditaciones de nuestro corazón
Ser aceptables a nuestra vista aquí esta noche
Por los ríos de Babilonia, allí donde nos sentábamos
Ye-eah nosotros lloramos, cuando recordábamos a Sion
Por los ríos de Babilonia, allí donde nos sentábamos
Ye-eah nosotros lloramos, cuando recordábamos a Sion
Por los ríos de Babilonia (oscuras lágrimas de Babilonia)
Allí donde nos sentábamos (tienes que cantar una canción)
Ye-eah nosotros lloramos (canta una canción de amor)
Cuando recordábamos a Sion (si, si, si, si, si)
Por los ríos de Babilonia (ásperos pedazos de Babilonia)
Allí donde nos sentábamos (escuchas a la gente llorar)
Ye-eah nosotros lloramos (ellos necesitan su Dios)

BONEY M

17.3.12

¡En Ti está la luz!

REINA EN MÍ LA OSCURIDAD

Reina en mí la oscuridad,
pero en Ti está la luz;
estoy solo,
pero Tú no me abandonas;
estoy desalentado,
pero en Ti está la ayuda;
estoy intranquilo,
pero en Ti está la paz;
la amargura me domina,
pero en Ti está la paciencia;
no comprendo tus caminos,
pero Tú sabes el camino para mí.
Amén.

Dietrich Bonhoeffer

16.3.12

Él-Humildad

RUPNIK
Un hermano preguntó a un anciano: « ¿En qué consiste el progreso de un hombre?». Y el anciano le contestó: «En la humildad. Cuanto más se abaja un hombre más se eleva a la perfección».
Padres del desierto

15.3.12

« Escucha: Amarás.» Cf Mc 12, 29-31


El odio por AMOR
(Juanes)
Trabajamos como dos locomotoras a todo vapor
y olvidamos que el amor
es más fuerte que el dolor
que envenena la razón.

Somos víctimas así de nuestra propia tonta creación
y olvidamos que el amor
es más fuerte que el dolor
que una llaga en tu interior.

Los hermanos ya no se deben pelear
es momento de recapacitar
es tiempo de cambiar
it's time to change
es tiempo de cambiar
it's time to change
es tiempo de saber
pedir perdón
es tiempo de cambiar
en la mente de todos
el odio por amor.

It's time to change...

Si te pones a pensar
la libertad no tiene propiedad
quiero estar contigo amor,
quiero estar contigo amor,
quiero estar contigo amor...

Si aprendemos a ESCUCHAR
quizás podamos juntos caminar
de la mano hasta el final
yo aquí y tu allá
de la mano hasta el final

Los hermanos ya no se deben pelear
es momento de recapacitar
es tiempo de cambiar
it's time to change
es tiempo de cambiar
it's time to change
es tiempo de saber
pedir perdón
es tiempo de cambiar
en la mente de todos
el odio por amor.

13.3.12

«No he venido a abolir, sino a dar plenitud» Mt 5,17

Rupnik
¡Oh Plenitud inmersa en lo profundo de mi ser humano,
emerge Amado en mí amando
en el eterno movimiento de mi ir y tu venir!
EE 2009

11.3.12

¡Él- Profeta!

RUPNIK
ÚLTIMA CERTEZA

Soy una ola de tu océano
rodando en la superficie de la historia.

No sé si acabaré mis días
rompiéndome en pedazos
contra el acantilado hostil,
o si me iré extinguiendo
como espuma sobre la playa serena.

No sé si seré una protesta
explotada como un trueno
ante tanto arrecife de injusticia,
o si me agotaré en paz
entre la arena tibia
del pueblo que me acoge.

No se si volveré hacia Ti
roto en mil gotas desangradas,
o si me fundiré contigo
en la intimidad de la bahía.

Pero es mi saber más hondo,
que ya ahora recibo de Ti
desde el fondo del océano,
todo el vigor que me construye
y todo el impulso del viaje.

Benjamín González Buelta S.J.

6.3.12

¡Él-camino!


TU CAMINO

Tu camino no es recto
según nuestra ingeniería.
Se tuerce de repente
en medio de la noche,
en busca de una oveja perdida
en un callejón oscuro
de traficantes baratos.
Tu camino no tiene plazo fijo
para ser inaugurado,
ni calendario de político.
Pierdes horas derramadas
en la frente de un asaltado
al borde del camino,
de un hombre cazado
por el ron y la amargura,
de un drogadicto adolescente
escapado de la casa,
que te obligan a cambiar
tu itinerario.
Tu camino no es ancho
como nuestras pistas de alta velocidad,
florecidas de marcas comerciales
como un nuevo paraíso original,
multicolores serpientes publicitarias
y frutos para sentirnos como dioses,
y riesgos de exhibición
que dan vueltas sobre sí misma
sin llegar a ninguna parte.
Tu camino no siempre es un éxito.
A veces naufraga en el mar
en una ola de emigrantes clandestinos,
o queda atropellado niño
en la esquina del semáforo,
con su esponja de limpiar cristales
todavía húmeda en la mano.
Tu camino es lento.
Avanzas con todo un pueblo,
con su cabeza endurecida
por esclavitudes programadas
y sus miedos viejos
a sueños, espíritus y amos,
atados a los pies y la memoria.
No te olvidas de ningún grupo
perdido en los escondrijos
de los archivos y los mapas.
Tu camino es desconcertante.
Se pierde en cañadas oscuras
donde apenas se oye el ruido
de tu cayado de pastor contra las piedras.
Baja a las galerías del carbón
en busca del minero silencioso.
Se hunde en la noche de los contemplativos
atrapados en su celda inmóvil.
Tu camino empieza de nuevo
donde lo conocido acaba.

No vuelve hacia el ayer marchitado
de la belleza o del aplauso,
de la lección sabida,
del hogar infantil,
de la placa de reconocimiento
en el álbum de la crónica social.
Tu camino se hace tierno
en oasis de hierba verde
y de agua que corre gratuita,
de canto libre en cuerpos doloridos,
de alimento que pasa de mano en mano.
Aquí se apagan las bocinas comerciales
y no acuden con bandejas brillantes
los sirvientes de lazo negro
y de sonrisa de paga blanca.
Tu camino se gesta en lo escondido,
en laboratorios que aceptan
el desafío del futuro y de la muerte,
en la soledad de las bibliotecas,
en el silencio austero del místico,
en las noches en vela de la madre joven
que defiende su pequeña esperanza enferma,
en la reunión clandestina
de unos campesinos pobres
que planifican sus protestas y sus siembras,
en el discernimiento nocturno
de la decisión justa y honesta
que no tiene donde reclinar la cabeza.
Tú eres el camino,
siempre delante,
huellas recientes de pies descalzos
de hombre pobre y mirada gratis,
guía libre, sin equipaje de lujo
ni marcas comerciales en la espalda.
En la historia, sigues con nosotros.
Resucitado, ya llegaste.
Y como el centro de la rueda
convocas todos los rayos a tu encuentro,
caminos diferentes y dispersos,
y al converger todos hacia Ti,
unos a los otros nos acercas.

Benjamín González Buelta S.J.

5.3.12

Uno sólo es vuestro Maestro. Mt 23,8

KODER
DESPIÉRTANOS, SEÑOR JESÚS

Despiértanos, Señor Jesús.
Tú no viniste al mundo para ser admirado o adorado.
Tú deseaste solamente imitadores.
Por eso, despiértanos, si estamos adormecidos.
en ese engaño de querer admirarte o adorarte,
en vez de imitarte y parecernos a Ti.
Soren Kirkegaard

3.3.12

¡Bajar del monte!

SIEGER KODER
En la plaza
Hermoso es, hermosamente humilde y confiante, vivificador y profundo,
sentirse bajo el sol, entre los demás, impelido,
llevado, conducido, mezclado, rumorosamente arrastrado.

No es bueno
quedarse en la orilla
como el malecón o como el molusco que quiere calcáreamente imitar a la roca.
Sino que es puro y sereno arrasarse en la dicha
de fluir y perderse,
encontrándose en el movimiento con que el gran corazón
de los hombres palpita extendido.
Como ese que vive ahí, ignoro en qué piso,
y le he visto bajar por unas escaleras
y adentrarse valientemente entre la multitud y perderse.
La gran masa pasaba. Pero era reconocible el diminuto corazón afluido.
Allí, ¿quién lo reconocería? Allí con esperanza, con resolución o con fe, con temeroso denuedo,
con silenciosa humildad, allí él también
transcurría.

Era una gran plaza abierta, y había olor de existencia.
Un olor a gran sol descubierto, a viento rizándolo,
un gran viento que sobre las cabezas pasaba su mano,
su gran mano que rozaba las frentes unidas y las reconfortaba.
Cuando, en la tarde caldeada, solo en tu gabinete,
con los ojos extraños y la interrogación en la boca,
quisieras algo preguntar a tu imagen,
no te busques en el espejo,
en un extinto diálogo en que no te oyes.
Baja, baja despacio y búscate entre los otros
.
Allí están todos, y tú entre ellos.
Oh, desnúdate y fúndete, y reconócete.

Entra despacio, como el bañista que, temeroso,
con mucho amor y recelo al agua,
introduce primero sus pies en la espuma,
y siente el agua subirle, y ya se atreve, y casi ya se decide.
Y ahora con el agua en la cintura todavía no se confía.
Pero él extiende sus brazos, abre al fin sus dos brazos
Y se entrega completo.
Y allí fuerte se reconoce, y crece y se lanza,
y avanza y levanta espumas, y salta y confía,
y hiende y late en las aguas vivas, y canta, y es joven.

Así, entra con pies desnudos. Entra en el hervor, en la plaza.
Entra en el torrente que te reclama y allí sé tú mismo.
¡Oh pequeño corazón diminuto, corazón que quiere latir
para ser él también el unánime corazón que le alcanza!

(Vicente Aleixandre)
Tomado de: Cambiaste mi luto en danza (Dolores Aleixandre)