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21.4.12

«Palpadme y ved» Lc 24,39


«Tratar de ver más y mejor no es, pues, una fantasía, una curiosidad, un lujo. Ver o perecer: tal es la situación impuesta por el don misterioso de la existencia a todo cuanto constituye un elemento del universo»

Teilhard de Chardin S.J.


En el origen

Cuando abro los ojos
para verte en lo real,
ya te veo antes en el deseo
que inicia mi mirada.

Cuando pregunto por ti
a las criaturas de la tierra,
ya te escucho antes en el silencio
donde nace mi pregunta.

Cuando acerco mi mano
para tocarte en otro cuerpo,
ya te percibo antes en el origen
de mi carne peregrina.

Cuando sorbo el agua
para llenarme de tu vida,
ya te saboreo antes en la sed
que abre mi garganta.

Cuando aspiro los olores
de tu paso por los montes,
ya te olfateo antes en la paz
que distiende mis pulmones.
Benjamín González Buelta S.J.

15.2.12

«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Mc 8,29

SIEGER KODER


VOS SOIS REALMENTE MI SEÑOR Y MI DIOS

“Cristo glorioso, Influencia secretamente difusa en el corazón de la Materia y centro resplandeciente donde se unen las innumerables fibras de lo Múltiple;
Potencia implacable como el Mundo y cálida como la Vida;
Vos, cuya frente es de nieve, los ojos de fuego, los pies más resplandecientes que el oro en fusión;
Vos, cuyas manos abrazan las estrellas;
Vos, que sois el primero y el último, el viviente, el muerto y el resucitado;
Vos, que reunís en vuestra unidad exuberante todos los encantos, todos los gustos, todas las fuerzas, todos los estados;
sois Vos al que mi ser invoca con un deseo tan vasto como el universo;
Vos sois realmente mi Señor y mi Dios.”

Teilhard de Chardin

10.1.12

«Todos te buscan.» Mc 1,37

RUPNIK
EN BUSCA DE DIOS

“¡Te necesito, Señor!,
porque sin Ti mi vida se seca.
Quiero encontrarte en la oración,
en tu presencia inconfundible,
durante esos momentos en los que el silencio
se sitúa de frente a mí, ante Ti.

¡Quiero buscarte!
Quiero encontrarte dando vida a la naturaleza que Tú has creado;
en la transparencia del horizonte lejano desde un cerro,
y en la profundidad de un bosque
que protege con sus hojas los latidos escondidos
de todos sus inquilinos.

¡Necesito sentirte alrededor!
Quiero encontrarte en tus sacramentos,
en el reencuentro con tu perdón,
en la escucha de tu palabra,
en el misterio de tu cotidiana entrega radical.

¡Necesito sentirte dentro!
Quiero encontrarte en el rostro de los hombres y mujeres,
en la convivencia con mis hermanos;
en la necesidad del pobre
y en el amor de mis amigos;
en la sonrisa de un niño
y en el ruido de la muchedumbre.

¡Tengo que verte!
Quiero encontrarte en la pobreza de mi ser,
en las capacidades que me has dado,
en los deseos y sentimientos que fluyen en mí,
en mi trabajo y mi descanso
y, un día, en la debilidad de mi vida,
cuando me acerque a las puertas del encuentro cara a cara contigo”.

Pierre Teilhard de Chardin S.J.

11.11.11

«Orar siempre sin desfallecer» Lc 18,1

"Sí, cuanto más me incrusta el mal y más se hace incurable en el fondo de mi carne, a Ti más te cobijo, como un principio amante, activo, de depuración y de liberación. Cuanto más se abre ante mí el futuro como una grieta vertiginosa o un oscuro paso, más confianza puedo tener, si me aventuro sobre tu palabra, de perderme o abismarme en Ti, de ser, Jesús, asimilado por tu Cuerpo. Energía de mi Señor, Fuerza irresistible y viviente, puesto que de nosotros dos Tú eres infinitamente el más fuerte, a Ti es a quien compete el papel de quemarme en la unión que ha de fundirnos juntos. Dame todavía algo más precioso que la gracia por la que todos los fieles te ruegan. No basta con que muera comulgando. Enséñame a comulgar muriendo."

P Teilhard de Chardin